Yaya la abuela de todos

Alguna vez escuché que “Lo que está destinado a suceder siempre encontrará una forma única, mágica y maravillosa para manifestarse”. Y justo así, es mi historia junto a mi ángel Mayela.

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Soy una Cocker spaniel que ya lleva caminados muchos pasos en este mundo.

He vivido muchísimas cosas. Algunas buenas y otras no tanto, pero eso ya está en el pasado. Mi presente es el que quiero contarles porque en él conocí a mi ángel.

Mi destino comenzó a escribir nuevas líneas este año cuando mis dueños, a los que quería y en los que confiaba, decidieron fríamente “dormirme” debido a que me había convertido en un estorbo. Iban a ser padres y yo, era solo un perro.

Pero Dios tenía otros planes y alguien se apiadó de mí y en vez de terminar conmigo, me llevó a un refugio. Uno de esos lugares en donde el tiempo no pasa y pierdes todo, hasta las ganas de comer, por decir lo menos. Los días pasaban iguales, unos se iban y otros llegaban. Lo único constante era yo, porque nadie me quería. Todos preferían a los más jóvenes y a los más bonitos.

Nadie se fijaba en una viejita, de ojitos tristes, flaca, con el pelo enredado y con muuuuchas pulgas jugueteando en mi.

No me culpen si las ganas de vivir se diluían cada día que pasaba ahí. Comencé a creer que mi fin estaba muy cerca.

Hasta ese día que te vi. Desde que entraste mi vida cambió por completo. Todavía no sé por qué, pero de entre todos me escogiste a mí.

Tú no lo sabes, pero llegaste en el momento justo. Me salvaste!!!!

Mayela, siempre te estaré agradecida con todo mi corazón. Ahora soy muy muy feliz.

Me volvió el apetito y la alegría. Me encanta ser famosa aquí donde vivimos y que me digan abuelita jiji. ¿Quién sabe?, en una de esas el veterinario se equivoca y mi corazón sana y te pongo gorro mucho tiempo más.

Por ahora disfruto de ti, vivo al máximo y le doy gracias a Dios porque nuestros destinos se hayan encontrado de forma única, mágica y maravillosa!!!

Gracias Maye, mi corazón es tuyo y siempre lo será.

Yaya