Te amo mi Max
- Edgar García Rdz
- 20 dic 2022
- 2 Min. de lectura

Una Navidad de esos años que ya se escribieron llegó Max. Un perrito Basset hound que desde que nació tuvo el espíritu de lucha, mismo que mantuvo durante toda su vida. Aunque todo comenzó como un presente, era cuestión de tiempo para que se robara el corazón de todos y se convirtiera en parte de la familia, casi casi como el hijo varón que no tuvieron. No es casualidad que llegara Mariangel a la vida del buen Max, porque como su nombre lo dice, ella fue el ángel que le dio un hogar.
Usaba pijamas para dormir y era un cachorro muy dormilón, tenía su cama dentro de la habitación y a las 9pm ya se acostaba a dormir. Fue creciendo y convirtiéndose en parte de la rutina de casa. Como todo cachorro dañó juguetes, zapatos entre otras cosas pero jamás daño los corazones. Cada vez que llegaban a casa los recibía como si se hubieran ido por años. Saltaba y lloraba de emoción, ese recibimiento es el que más se extraña y contrasta con el silencio que ahora llena la casa.
Cuando uno de la familia se enfermaba, él sabía y solo quería estar a su lado cuidando y brindando amor. Amaba que lo sacaran a pasear, le encantaba el pan y el helado y era muy perezoso y dormilón.
Como la naturaleza dicta, al buen Max un día se le apagó su luz y ha sido muy difícil para todos, porque él era una parte importante de la familia.
Pero él sigue y seguirá en nuestro corazones y en los miles de recuerdos que guardamos de este gran AMIGO. Sigue jugando y corriendo en el cielo. Hasta pronto y GRACIAS, nuestro querido Max
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